La actitud ética del hombre le lleva a conocer y reconocer el carácter de don de la totalidad de la creación, un don en préstamo para administrarlo y transmitirlo a las generaciones posteriores. Lo malo es que hay un fundamentalismo ecológico, que prescinde de Dios y deifica a la naturaleza, ignorando que el mundo (la naturaleza y el hombre que la habita) es fruto de la acción creadora de Dios.
Teología y ética de la creación.
Miguel de Santiago
COPE - España
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