No había pasado una semana desde mi visita al Museo cuando recibí el primer correo electrónico de mi nuevo amigo en México. Me enviaba sus saludos, había llegado bien, se había puesto a leer mucho acerca de Darwin y sus investigaciones, y había encontrado al profesor que sabía realmente sobre el tema. Me adjuntaba un resumen de su conversación con él.
“Le dije al Profesor Jiménez de
Hoyos, quien ya está retirado pero fue un notable Rector de la Facultad durante muchos
años, que querías saber algo sobre Darwin y su teoría, pero algo que pocos
supiesen. Se sonrió y me dijo que a él también le gustaría saber algo así, pero
que iba a hacer lo posible por satisfacerte.
Te cuento que la charla fue
apasionante. El viejo conoce a Darwin como si hubiese sido un familiar de él.
Me confirmó que era un hombre algo complicado, tan histérico como yo suponía, y
que sus problemas del corazón eran consecuencia de su carácter algo alterado.
Pero que eso, en realidad, se había ido corrigiendo con los años, más cuando se
dedicó a estudiarse y publicar notas acerca del desarrollo de su propia mente y
de su propia personalidad. Que luego de ser cosas muy variadas había ido
convirtiéndose en un verdadero naturalista.
Me dijo que ibas a poder
encontrar sus trabajos por todas partes, tanto escritos por científicos que los
compartían plenamente como por fundamentalistas religiosos que los negaban de
plano. Así los llamó, “fundamentalistas religiosos”, con lo que podrás darte cuenta
de qué es lo que Jiménez piensa sobre el tema.
Sugirió que debías buscar
información acerca de Alfred Russell Wallace. Este científico envió a Darwin un
manuscrito con casi lo mismo que el libro que Carlos estaba por publicar. Eso
produjo en él temor de darlo a conocer. Todos seguramente dirían que se había
copiado de Wallace, que lo había plagiado o, al menos, que Darwin no era el primero
en proponer esta teoría. Pero lo convencieron de que lo publicara al menos como
un resumen.
Jiménez me contó muchas otras
cosas sobre los trabajos de Darwin, pero creo que lo que a vos te puede
interesar es que publicó su libro sobre el origen de las especies el 24 de noviembre
de 1859, se imprimieron 1.250 ejemplares y se vendieron todos ese mismo día. Un
verdadero éxito editorial.
***
Muchos caminos y muy diversos se fueron abriendo poco para complicar la investigación. Si fueron seres extraterrestres los que me impulsaron a comenzarla, esos mismos seres extraterrestres iban agregando piedras a mi camino, quizá para hacerme merecer esa distinción no solicitada.
La ciencia y las creencias se entrecruzan continuamente cuando se intenta analizar un tema básico conceptual. ¿Estaremos los humanos capacitados para investigar asuntos propios de la historia, el presente y el futuro de esta especie a la que pertenecemos?
Pues de eso trata la novela y el rompecabezas armado o al menos insinuado puede ayudarte a encontrar respuestas. Puedes tener tu copia completa muy fácilmente. Consúltame utilizando el formulario que encontrarás en este blog o enviándome un email a mi correo personal.
Desde ya, muy agradecido por tu interés.
Prof. Daniel Aníbal Galatro