En la aparición, Nuestra Señora consoló y reconfortó al Apóstol Santiago, a quien prometió su asistencia materna en la evangelización que estaba llevando a cabo en España. Desde entonces, el Pilar es considerado como “el símbolo de la firmeza de fe”; a la vez, indica el camino seguro de todo apostolado: Ad Iesum per Mariam, a Jesús, por María.
Fuente: iesvs.org