Arqueología Prohibida
El Hombre antes del Hombre
enviado por el Lic. Alberto Bonnet
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El hallazgo de restos arqueológicos que no encajan con las dataciones oficiales ha dado lugar a corrientes disidentes de expertos que sostienen que mucho antes de la aparición en África del Australopithecus ya existieron comunidades humanas. Para sostener sus heréticas tesis, presentan una gran cantidad y variedad de piezas halladas en diferentes lugares del planeta y cuya datación supone un desafío para las creencias generalmente compartidas.
Muchos científicos, quizás faltos de una actitud más abierta, prefieren relegar al olvido e incluso ocultar deliberadamente todo hallazgo que interpele directamente a los cimientos de su conocimiento.
Algunos descubrimientos chocan frontalmente contra la creencia oficial de que el ser humano comenzó a convertirse en un hombre socializado e integrado en su entorno hace solo 200.000 años, cuando se produjo el definitivo salto del Homo erectus al Homo sapiens.
¿Cuáles son los criterios que la comunidad científica acepta para considerar valida una determinada hipótesis?
¿En qué se fundamentan los sabios para descartar pruebas que son tachadas de fraudulentas?
Cierto es que la cautela es una de las virtudes que debe poseer todo hombre de ciencias, pero no es menos correcto cuestionar lo científicamente admitido.
No son pocos los que sostienen que la humanidad ha existido y se ha extinguido muchas veces en la Tierra dejando sus vestigios para que futuras sociedades puedan conocer su existencia.
Sea como fuere, las piezas del puzzle están ahí para quien ose recomponerlo.
Antes del florecimiento de la humanidad hace 4 millones de años se abre un abismo de cientos de millones de años sin que ningún ser bípedo e inteligente poblara el planeta Tierra.
Hasta ahí, la versión aceptada.
Y a continuación, pequeñas y grandes evidencias que izan una inquietante sospecha: en remotos periodos geológicos anteriores al actual alguien habitó nuestro planeta.
Estos son los hallazgos arqueológicos mas desestabilizadores, correspondientes a remotas eras geológicas.
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1. Precámbrico (Entre 4.030 y 570 millones de años).
1. Precámbrico (Entre 4.030 y 570 millones de años).
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Esfera metálica con ranuras. Sudáfrica.
En las ultimas décadas, varios mineros sudafricanos han hallado numerosas esferas metálicas, algunas de las cuales presentan tres ranuras paralelas alrededor de su ecuador.
Pueden dividirse en dos tipos: las primeras, de un metal sólido azulado con manchas blancas, y las restantes huecas y repletas de un mineral esponjoso blanco.
Según Roelf Marx, director del Museo de Klerksdorp (Sudáfrica), en donde se guardan algunas de las esferas, los objetos "parecen artificiales, pero el estrato de roca donde fueron halladas corresponde a una era en la que no existía forma de vida inteligente.
“Jamás he visto nada semejante". El científico señala que los depósitos en los cuales se produjo el hallazgo se formaron por sedimentación hace unos 2.800 millones de años, resultando de ellos un mineral bastante blando en comparación si comparamos con el de las esferas, ya que su dureza es tal que no puede ser rayada por el acero.
El profesor de geología Bisschöff, de la universidad de Potchefstroom, declaro que las esferas eran de aglomerado de limonita, un tipo de mineral férrico.
Para entendernos, una masa compacta de roca redondeada formada por la cementacion local alrededor de un núcleo.
La hipótesis de Bisschöff no es coherente a tenor de la dureza del metal. Si las esferas fueran de limonita, un metal relativamente blando, admitirían el rayado mediante acero, pero las misteriosas esferillas parecen infinitamente resistentes.
Además los aglomerados de limonita aparecen en grupos y nunca aislados ni tan perfectamente redondeados.
Una de las esferas, como consecuencia de sus ranuras, llamó poderosamente la atención de los investigadores: aunque se admita que las otras esferas sean de limonita, las mencionadas marcas apuntan hacia la acción de una mano inteligente.
El hipotético autor habría vivido hace 2.800 millones de años, fecha correspondiente al deposito donde fue hallada.
Esfera metálica con ranuras. Sudáfrica.
En las ultimas décadas, varios mineros sudafricanos han hallado numerosas esferas metálicas, algunas de las cuales presentan tres ranuras paralelas alrededor de su ecuador.
Pueden dividirse en dos tipos: las primeras, de un metal sólido azulado con manchas blancas, y las restantes huecas y repletas de un mineral esponjoso blanco.
Según Roelf Marx, director del Museo de Klerksdorp (Sudáfrica), en donde se guardan algunas de las esferas, los objetos "parecen artificiales, pero el estrato de roca donde fueron halladas corresponde a una era en la que no existía forma de vida inteligente.
“Jamás he visto nada semejante". El científico señala que los depósitos en los cuales se produjo el hallazgo se formaron por sedimentación hace unos 2.800 millones de años, resultando de ellos un mineral bastante blando en comparación si comparamos con el de las esferas, ya que su dureza es tal que no puede ser rayada por el acero.
El profesor de geología Bisschöff, de la universidad de Potchefstroom, declaro que las esferas eran de aglomerado de limonita, un tipo de mineral férrico.
Para entendernos, una masa compacta de roca redondeada formada por la cementacion local alrededor de un núcleo.
La hipótesis de Bisschöff no es coherente a tenor de la dureza del metal. Si las esferas fueran de limonita, un metal relativamente blando, admitirían el rayado mediante acero, pero las misteriosas esferillas parecen infinitamente resistentes.
Además los aglomerados de limonita aparecen en grupos y nunca aislados ni tan perfectamente redondeados.
Una de las esferas, como consecuencia de sus ranuras, llamó poderosamente la atención de los investigadores: aunque se admita que las otras esferas sean de limonita, las mencionadas marcas apuntan hacia la acción de una mano inteligente.
El hipotético autor habría vivido hace 2.800 millones de años, fecha correspondiente al deposito donde fue hallada.
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Florero metálico.
Florero metálico.
En su edición del 5 de Junio de 1852, la revista Scientific American, cita el descubrimiento de un florero metálico con forma de campana junto con otros materiales surgidos tras la voladura interna de una mina en Dorchester, Massachussets.
La pudinga, llamada también conglomerado Roxbury, pertenece al periodo precámbrico y tiene más de 600 millones de años.
El "vaso" descubierto en Dorchester indica la presencia de artesanos del metal en América del Norte en tiempos más que prehistóricos.
El presunto florero mide 12 cm. de altura, tiene una peana de 17 cm. de lado y un espesor de tres milímetros. Esta compuesto de Zinc con abundante cantidad de plata. Sobre su superficie externa hay seis figuras con una flor de plata pura incrustadas, al igual que ocurre en la parte inferior del florero.
La pudinga, llamada también conglomerado Roxbury, pertenece al periodo precámbrico y tiene más de 600 millones de años.
El "vaso" descubierto en Dorchester indica la presencia de artesanos del metal en América del Norte en tiempos más que prehistóricos.
El presunto florero mide 12 cm. de altura, tiene una peana de 17 cm. de lado y un espesor de tres milímetros. Esta compuesto de Zinc con abundante cantidad de plata. Sobre su superficie externa hay seis figuras con una flor de plata pura incrustadas, al igual que ocurre en la parte inferior del florero.
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Pisadas humanas de Laetoli, Tanzania.
En 1979, Mary Leakey, la esposa de Louis Leakey, uno de los antropólogos mas importantes del siglo XX, encontró unas huellas humanas sobre ceniza volcánica en Laetoli (Tanzania).
Las pisadas tenían una antigüedad aproximada de 3,6 millones de años y pertenecían a tres individuos.
El hallazgo fue examinado por expertos en huellas, antropólogos y otros especialistas que aportaron sus conclusiones documentales al National Geographic y otras revistas científicas.
La observación de las imágenes de huellas revela que apenas difieren de las de un ser humano moderno.
Sin embargo, es sorprendente que a pesar de que este hallazgo sugiera la existencia del hombre hace millones de años, los científicos han concluido que pertenecen al Australopithecus, pese a que las características de este homidio de hace 4 millones de años no encajaban con las citadas huellas. Mary Leakey, por su parte, dice que las pisadas podrían pertenecer a un simio cuyos pies guardarían un gran parecido con los del ser humano.
Si se hubiera tratado de un hallazgo aislado, la hipótesis oficial tendría sentido, pero la existencia de utensilios artificiales localizados también en el periodo precámbrico, contradice su versión.
Por tanto, la existencia de objetos que necesitan a un ser inteligente para ser fabricados refuerza la hipótesis de Cremo y Thomson: las pisadas de Laetoli son humanas y se remontan a cientos de millones de años.
Pisadas humanas de Laetoli, Tanzania.
En 1979, Mary Leakey, la esposa de Louis Leakey, uno de los antropólogos mas importantes del siglo XX, encontró unas huellas humanas sobre ceniza volcánica en Laetoli (Tanzania).
Las pisadas tenían una antigüedad aproximada de 3,6 millones de años y pertenecían a tres individuos.
El hallazgo fue examinado por expertos en huellas, antropólogos y otros especialistas que aportaron sus conclusiones documentales al National Geographic y otras revistas científicas.
La observación de las imágenes de huellas revela que apenas difieren de las de un ser humano moderno.
Sin embargo, es sorprendente que a pesar de que este hallazgo sugiera la existencia del hombre hace millones de años, los científicos han concluido que pertenecen al Australopithecus, pese a que las características de este homidio de hace 4 millones de años no encajaban con las citadas huellas. Mary Leakey, por su parte, dice que las pisadas podrían pertenecer a un simio cuyos pies guardarían un gran parecido con los del ser humano.
Si se hubiera tratado de un hallazgo aislado, la hipótesis oficial tendría sentido, pero la existencia de utensilios artificiales localizados también en el periodo precámbrico, contradice su versión.
Por tanto, la existencia de objetos que necesitan a un ser inteligente para ser fabricados refuerza la hipótesis de Cremo y Thomson: las pisadas de Laetoli son humanas y se remontan a cientos de millones de años.
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2. Cámbrico (Entre 570 y 500 millones de años)
2. Cámbrico (Entre 570 y 500 millones de años)
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Huellas de zapatos. Utha, Estados Unidos.
Huellas de zapatos. Utha, Estados Unidos.
En 1968, William J. Meister, dibujante y coleccionista de trilobites, encontró la huella de un zapato en terreno de pizarra cerca de Antílope Springs, Utha.
La muesca apareció cuando Meister abrió un bloque de pizarra.
En el interior de la huella se observan fósiles de trilobites, unos artrópodos marinos ya extinguidos.
La pizarra con la huella y los fósiles de trilobites tenían entre 590 y 505 millones de años de antigüedad. Meister describió su hallazgo en un artículo publicado en Creation Research Quarterly: "La marca del talón estaba incrustada en la piedra tres milímetros más que el resto de la huella.
La pisada parecía pertenecer al pie diestro, porque el calzado estaba más desgastado en el lado derecho del tacón, como sucede en cualquier zapato de ese pie".
En el mismo articulo se menciona también como el 4 de julio de 1969, el Dr. Clarence Coombs, del Columbia Union College de Maryland, y Maurice Carlisle, geólogo, visitaron el lugar del descubrimiento.
Tras las excavaciones, Carlisle encontró en el mismo nivel de la huella, una capa de barro que le convenció de la consistencia de aquella pisada fósil, ya que el barro demostraba que el pie ejecutor había estado alguna vez sobre la superficie.
Sin embargo, los científicos rechazaron el descubrimiento argumentado que se trataba de una rareza, de un simple capricho de la erosión.
La muesca apareció cuando Meister abrió un bloque de pizarra.
En el interior de la huella se observan fósiles de trilobites, unos artrópodos marinos ya extinguidos.
La pizarra con la huella y los fósiles de trilobites tenían entre 590 y 505 millones de años de antigüedad. Meister describió su hallazgo en un artículo publicado en Creation Research Quarterly: "La marca del talón estaba incrustada en la piedra tres milímetros más que el resto de la huella.
La pisada parecía pertenecer al pie diestro, porque el calzado estaba más desgastado en el lado derecho del tacón, como sucede en cualquier zapato de ese pie".
En el mismo articulo se menciona también como el 4 de julio de 1969, el Dr. Clarence Coombs, del Columbia Union College de Maryland, y Maurice Carlisle, geólogo, visitaron el lugar del descubrimiento.
Tras las excavaciones, Carlisle encontró en el mismo nivel de la huella, una capa de barro que le convenció de la consistencia de aquella pisada fósil, ya que el barro demostraba que el pie ejecutor había estado alguna vez sobre la superficie.
Sin embargo, los científicos rechazaron el descubrimiento argumentado que se trataba de una rareza, de un simple capricho de la erosión.
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3. Devónico (Entre 395 y 345 millones de años)
3. Devónico (Entre 395 y 345 millones de años)
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Clavo de hierro, Mylnfield, Inglaterra.
En 1844, el físico Sir David Brewster informó a la comunidad científica del descubrimiento de un clavo incrustado en un bloque de piedra arenisca en la cantera de Kingoodie, Mylnfield.
El Dr. A. W. Med, del Centro de Investigación geológica Británica, respondió a la consulta que Cremo y Thompson (autores del libro Forbidden Archeology), le hicieron en 1985, asegurando que la arenisca en cuestión tenía entre 360 y 408 millones de años. Brewster, en un informe enviado a la Asociación Británica para el desarrollo de la ciencia escribió: "La piedra en la cantera de Kingoodie esta formada por capas alternadas de una piedra dura y otra sustancia blanda arcillosa, llamada "till" (una especie de tierra).
Tras retirar uno de los bloques para labrarlo posteriormente, los operarios vieron emerger entre el till que había encima del siguiente bloque de piedra la punta de un clavo.
El hecho de que la cabeza del clavo estuviera enterrada en el bloque de piedra parece eliminar la posibilidad de que se hubiera introducido el clavo en el bloque después de retirarlo de la cantera".
Clavo de hierro, Mylnfield, Inglaterra.
En 1844, el físico Sir David Brewster informó a la comunidad científica del descubrimiento de un clavo incrustado en un bloque de piedra arenisca en la cantera de Kingoodie, Mylnfield.
El Dr. A. W. Med, del Centro de Investigación geológica Británica, respondió a la consulta que Cremo y Thompson (autores del libro Forbidden Archeology), le hicieron en 1985, asegurando que la arenisca en cuestión tenía entre 360 y 408 millones de años. Brewster, en un informe enviado a la Asociación Británica para el desarrollo de la ciencia escribió: "La piedra en la cantera de Kingoodie esta formada por capas alternadas de una piedra dura y otra sustancia blanda arcillosa, llamada "till" (una especie de tierra).
Tras retirar uno de los bloques para labrarlo posteriormente, los operarios vieron emerger entre el till que había encima del siguiente bloque de piedra la punta de un clavo.
El hecho de que la cabeza del clavo estuviera enterrada en el bloque de piedra parece eliminar la posibilidad de que se hubiera introducido el clavo en el bloque después de retirarlo de la cantera".
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4. Carbonífero (Entre 345 y 280 millones de años)
4. Carbonífero (Entre 345 y 280 millones de años)
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Cadena de oro incrustada en carbón. Illinois. Estados Unidos.
El diario The Morrisonville Times, en su edición del 11 de junio de 1891, ofrecía la siguiente información:
"El pasado martes por la mañana, la señora S. W. Culp nos informó sobre un curiosísimo hallazgo.
Mientras rompía un trozo de carbón para acomodarlo en la carbonera, descubrió una pequeña cadena de oro de unas 10 pulgadas de largo incrustada dentro de un fragmento de carbón:
Al principio la señora Culp creyó que alguien habría dejado caer la cadena, pero cuando empezó a tirar de ella, el trozo de carbón se separo en dos partes, cada una pegada a un trozo de la cadena".
Según el instituto Geológico de Illinois, el carbón donde se encontró la cadena tenia una edad de 260 a 320 millones de años.
De ser así, en esa época tendría que haber existido seres humanos con la habilidad y tecnología suficiente como para labrar el oro.
Cadena de oro incrustada en carbón. Illinois. Estados Unidos.
El diario The Morrisonville Times, en su edición del 11 de junio de 1891, ofrecía la siguiente información:
"El pasado martes por la mañana, la señora S. W. Culp nos informó sobre un curiosísimo hallazgo.
Mientras rompía un trozo de carbón para acomodarlo en la carbonera, descubrió una pequeña cadena de oro de unas 10 pulgadas de largo incrustada dentro de un fragmento de carbón:
Al principio la señora Culp creyó que alguien habría dejado caer la cadena, pero cuando empezó a tirar de ella, el trozo de carbón se separo en dos partes, cada una pegada a un trozo de la cadena".
Según el instituto Geológico de Illinois, el carbón donde se encontró la cadena tenia una edad de 260 a 320 millones de años.
De ser así, en esa época tendría que haber existido seres humanos con la habilidad y tecnología suficiente como para labrar el oro.
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Piedra tallada, Iowa, Estados Unidos.
El 2 de Abril de 1897, el diario Daily News de Omaha, Nebraska, (EE.UU), publicó un artículo titulado así: "Piedra tallada enterrada en una mina".
El artículo decía que mientras los mineros estaban trabajando en la mina de carbón de Lehigh, en Iowa, a una profundidad de 40 metros, uno de ellos halló un trozo de roca que no correspondía con la circundante.
La piedra en cuestión era gris oscuro y medía unos 60 centímetros de largo, 30 de ancho y 10 de espesor.
Sobre la durísima superficie de la piedra se observaban varias líneas dibujadas que formaban rombos perfectos.
En el centro de cada uno de estos rombos aparecía representado el rostro de un anciano.
¿Cómo llegó esta piedra hasta allí?.
Los mineros que la encontraron insisten en que la tierra de aquella zona jamás había sido trabajada en las prospecciones.
Un autentico enigma protagonizado por un carbón perteneciente a la era carbonífera.
Piedra tallada, Iowa, Estados Unidos.
El 2 de Abril de 1897, el diario Daily News de Omaha, Nebraska, (EE.UU), publicó un artículo titulado así: "Piedra tallada enterrada en una mina".
El artículo decía que mientras los mineros estaban trabajando en la mina de carbón de Lehigh, en Iowa, a una profundidad de 40 metros, uno de ellos halló un trozo de roca que no correspondía con la circundante.
La piedra en cuestión era gris oscuro y medía unos 60 centímetros de largo, 30 de ancho y 10 de espesor.
Sobre la durísima superficie de la piedra se observaban varias líneas dibujadas que formaban rombos perfectos.
En el centro de cada uno de estos rombos aparecía representado el rostro de un anciano.
¿Cómo llegó esta piedra hasta allí?.
Los mineros que la encontraron insisten en que la tierra de aquella zona jamás había sido trabajada en las prospecciones.
Un autentico enigma protagonizado por un carbón perteneciente a la era carbonífera.
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Copa de hierro, Oklahoma, Estados Unidos.
El 10 de enero de 1949, Robert Nordling envió la fotografía de una copa de hierro encontrada en 1912 dentro de un trozo de carbón perteneciente a las minas de Wilburton, Oklahoma, a Frank Marsh, de la Universidad de Andrews, en Michigan ( EE.UU.).
La fotografía pertenecía a un amigo de Nordling, cuyo padre trabajaba en la central Eléctrica Municipal de Thomas, Oklahoma.
El hallazgo se produjo cuando un empleado de la compañía trabajaba junto a la caldera.
Al golpear sobre el carbón, el fragmento en cuyo interior se hallaba la copa se rompió dejándola al descubierto.
Según Robert O. Fay, del Instituto Geológico de Oklahoma, el carbón de la mina de Wilburton tiene unos 312 millones de años de antigüedad.
Cuando Frank Marsh recibió la fotografía intentó encontrar al propietario de la copa, pero sus esfuerzos no dieron fruto porque el amigo de Nordling había fallecido y sus herederos desconocían el paradero del misterioso utensilio.
Años después, en 1966, Marsh inició una serie de contactos con el Dr. W. H. Rusch, profesor de biología de la Escuela Concordia de Ann Arbor, Michigan, al objeto de esclarecer el misterio, sin obtener éxito en sus pesquisas.
Sea como fuere, es una auténtica tragedia no poder contar con esta preciada reliquia, ya que sin duda contribuiría a esclarecer algunos de los enigmas a los que se enfrentan los arqueólogos mas audaces.
Copa de hierro, Oklahoma, Estados Unidos.
El 10 de enero de 1949, Robert Nordling envió la fotografía de una copa de hierro encontrada en 1912 dentro de un trozo de carbón perteneciente a las minas de Wilburton, Oklahoma, a Frank Marsh, de la Universidad de Andrews, en Michigan ( EE.UU.).
La fotografía pertenecía a un amigo de Nordling, cuyo padre trabajaba en la central Eléctrica Municipal de Thomas, Oklahoma.
El hallazgo se produjo cuando un empleado de la compañía trabajaba junto a la caldera.
Al golpear sobre el carbón, el fragmento en cuyo interior se hallaba la copa se rompió dejándola al descubierto.
Según Robert O. Fay, del Instituto Geológico de Oklahoma, el carbón de la mina de Wilburton tiene unos 312 millones de años de antigüedad.
Cuando Frank Marsh recibió la fotografía intentó encontrar al propietario de la copa, pero sus esfuerzos no dieron fruto porque el amigo de Nordling había fallecido y sus herederos desconocían el paradero del misterioso utensilio.
Años después, en 1966, Marsh inició una serie de contactos con el Dr. W. H. Rusch, profesor de biología de la Escuela Concordia de Ann Arbor, Michigan, al objeto de esclarecer el misterio, sin obtener éxito en sus pesquisas.
Sea como fuere, es una auténtica tragedia no poder contar con esta preciada reliquia, ya que sin duda contribuiría a esclarecer algunos de los enigmas a los que se enfrentan los arqueólogos mas audaces.
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Muro de bloques, Oklahoma, Estados Unidos.
En 1928, Atlas Almon Mathis estaba trabajando en un pozo a dos millas de Heavener, Oklahoma, cuando se topó con varios bloques de hormigón que quedaron esparcidos por el suelo tras una serie de detonaciones que se provocaron para abrir la mina.
Los bloques de 30 centímetros de lado, eran lisos y pulidos, tanto que parecían un espejo.
A 100 ó 150 metros de profundidad otro minero encontró otro muro parecido.
La edad del carbón depositado en esta mina se calcula en 286 millones de años.
Después de este incidente, la mina fue clausurada y sus trabajadores recibieron la orden de mantener silencio sobre tan sorprendente hallazgo. Algunos investigadores como Cremo y Thompson, no pudieron constatar la existencia del hallazgo, pero lograron desenterrar otros muchos testimonios de mineros que durante sus jornadas de trabajo bajo la tierra se toparon con vestigios del pasado remoto que a duras penas cuadraba con las cronologías oficiales.
Una de estas historias se refiere a un minero llamado James Parson, que trabajando junto a sus dos hijos se encontró con un muro de pizarra en una mina de carbón de Hammondville, Ohio, ( EE.UU.), en 1868.
Según un articulo publicado por J. Jessup en 1973, el muro en cuestión era liso y tenia grabadas varias líneas rectas de jeroglíficos.
Muro de bloques, Oklahoma, Estados Unidos.
En 1928, Atlas Almon Mathis estaba trabajando en un pozo a dos millas de Heavener, Oklahoma, cuando se topó con varios bloques de hormigón que quedaron esparcidos por el suelo tras una serie de detonaciones que se provocaron para abrir la mina.
Los bloques de 30 centímetros de lado, eran lisos y pulidos, tanto que parecían un espejo.
A 100 ó 150 metros de profundidad otro minero encontró otro muro parecido.
La edad del carbón depositado en esta mina se calcula en 286 millones de años.
Después de este incidente, la mina fue clausurada y sus trabajadores recibieron la orden de mantener silencio sobre tan sorprendente hallazgo. Algunos investigadores como Cremo y Thompson, no pudieron constatar la existencia del hallazgo, pero lograron desenterrar otros muchos testimonios de mineros que durante sus jornadas de trabajo bajo la tierra se toparon con vestigios del pasado remoto que a duras penas cuadraba con las cronologías oficiales.
Una de estas historias se refiere a un minero llamado James Parson, que trabajando junto a sus dos hijos se encontró con un muro de pizarra en una mina de carbón de Hammondville, Ohio, ( EE.UU.), en 1868.
Según un articulo publicado por J. Jessup en 1973, el muro en cuestión era liso y tenia grabadas varias líneas rectas de jeroglíficos.
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Esqueleto Humano, Illinois, Estados Unidos.
En diciembre de 1962 la revista americana The Geologist dio a conocer el hallazgo de una serie de huesos humanos hallados en un sedimento de carbón del condado de Macoupin, Illinois, ( EE.UU.), los huesos estaban cubiertos de una corteza brillante muy dura, tan negra como el carbón mismo y con el aspecto de la pizarra, que tras ser retirada dejo los restos óseos al descubierto, presentando su estado natural. C. Brian Trask, del Instituto Geológico de Illinois, dató el carbón en 286 millones de años.
De ser así, los huesos supondrían una prueba de la existencia del hombre en fechas mucho más remotas que las admitidas.
Esqueleto Humano, Illinois, Estados Unidos.
En diciembre de 1962 la revista americana The Geologist dio a conocer el hallazgo de una serie de huesos humanos hallados en un sedimento de carbón del condado de Macoupin, Illinois, ( EE.UU.), los huesos estaban cubiertos de una corteza brillante muy dura, tan negra como el carbón mismo y con el aspecto de la pizarra, que tras ser retirada dejo los restos óseos al descubierto, presentando su estado natural. C. Brian Trask, del Instituto Geológico de Illinois, dató el carbón en 286 millones de años.
De ser así, los huesos supondrían una prueba de la existencia del hombre en fechas mucho más remotas que las admitidas.
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5. Triásico (Entre 225 y 180 millones de años)
5. Triásico (Entre 225 y 180 millones de años)
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Suela de zapato, Nevada, Estados Unidos.
El 8 de octubre de 1922, el diario New York Sunday American publicó un interesante artículo titulado
"El misterio de la suela de zapato petrificada hace cinco millones de años de antigüedad".
Era una de esas informaciones que atrapan la atención del lector al instante.
El autor, el Dr. W.H. Ballou-Ballou, explicaba que un ingeniero de minas y geólogo llamado Jihn T. Reid se topó con la desconcertante huella mientras buscaba fósiles en Nevada.
El examen de la misma revelo que se trataba de una huella correspondiente a un pie calzado, al que incluso se le divisaban las marcas del hilo de coser y hasta las muescas generadas por el continuo roce del talón. Reid traslado su insólito fósil a Nueva York, donde intento interesar a los científicos del Museo Americano de Historia Natural, aunque la respuesta que recibió fue tajante:
"La huella es la mejor imitación de un objeto artificial que jamás hayamos visto".
A pesar de todo, confirmaron que el sedimento donde apareció la huella se formó en la era triásica.
El veredicto de la clase científica no satisfizo a Reid, que encargó nuevos análisis y fotografías a un químico del Instituto Rockefeller.
Las nuevas aportaciones dejaron poco espacio para la duda: la suela era obra humana.
Pero ¿quién fabricaba zapatos hace 200 millones de años?
Suela de zapato, Nevada, Estados Unidos.
El 8 de octubre de 1922, el diario New York Sunday American publicó un interesante artículo titulado
"El misterio de la suela de zapato petrificada hace cinco millones de años de antigüedad".
Era una de esas informaciones que atrapan la atención del lector al instante.
El autor, el Dr. W.H. Ballou-Ballou, explicaba que un ingeniero de minas y geólogo llamado Jihn T. Reid se topó con la desconcertante huella mientras buscaba fósiles en Nevada.
El examen de la misma revelo que se trataba de una huella correspondiente a un pie calzado, al que incluso se le divisaban las marcas del hilo de coser y hasta las muescas generadas por el continuo roce del talón. Reid traslado su insólito fósil a Nueva York, donde intento interesar a los científicos del Museo Americano de Historia Natural, aunque la respuesta que recibió fue tajante:
"La huella es la mejor imitación de un objeto artificial que jamás hayamos visto".
A pesar de todo, confirmaron que el sedimento donde apareció la huella se formó en la era triásica.
El veredicto de la clase científica no satisfizo a Reid, que encargó nuevos análisis y fotografías a un químico del Instituto Rockefeller.
Las nuevas aportaciones dejaron poco espacio para la duda: la suela era obra humana.
Pero ¿quién fabricaba zapatos hace 200 millones de años?
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6. Cretácico (Entre 125 y 65 millones de años)
6. Cretácico (Entre 125 y 65 millones de años)
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Tubos metálicos de Saint-Jean de Livet (Francia).
En 1968, Y. Druet y H. Salfati afirmaron públicamente haber descubierto unos tubos metálicos semiovoides incrustados en unos depósitos de caliza cretácica de 65 millones de años de antigüedad de una cantera de Saint Jean de Livet (Francia).
Tras considerar y rechazar varias hipótesis, Druet y Salfati llegaron a la conclusión de que en la época atribuida a la caliza en cuestión vivieron seres inteligentes.
Tubos metálicos de Saint-Jean de Livet (Francia).
En 1968, Y. Druet y H. Salfati afirmaron públicamente haber descubierto unos tubos metálicos semiovoides incrustados en unos depósitos de caliza cretácica de 65 millones de años de antigüedad de una cantera de Saint Jean de Livet (Francia).
Tras considerar y rechazar varias hipótesis, Druet y Salfati llegaron a la conclusión de que en la época atribuida a la caliza en cuestión vivieron seres inteligentes.
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7. Terciario (Entre 65 y 1,5 millones de años).
7. Terciario (Entre 65 y 1,5 millones de años).
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Pelota de caliza, Laon, Francia.
En abril de 1862, The Geologist publico un informe que documentaba el descubrimiento de una bola de caliza a 75 metros de profundidad en capas de lignito cercanas a Laon y pertenecientes al periodo terciario.
En la capa de arcilla arenisca que se encontraba sobre el lignito se apreciaban varias formas fósiles.
Fue en agosto de 1861 cuando los mineros que trabajaban en un extremo del túnel vieron caer un objeto redondo desde la parte superior de la excavación.
El objeto, esférico, tenia unos seis centímetros de diámetro y pesaba unos 310 gramos.
Según Maximilien Melleville, vicepresidente de la Sociedad Académica de Laon y autor del informe, no hay duda sobre la autenticidad de la esfera.
En sus presupuestos, lógicamente, no había lugar para la posibilidad de que el hombre hubiera existido cuando se formaron los lignitos de la cuenca de Paris.
Si esta bola fue obra humana, la reticencia de Melleville estaría justificada, ya que supondría admitir que hace unos 50 millones de años una cultura inteligente habitó Francia.
Pelota de caliza, Laon, Francia.
En abril de 1862, The Geologist publico un informe que documentaba el descubrimiento de una bola de caliza a 75 metros de profundidad en capas de lignito cercanas a Laon y pertenecientes al periodo terciario.
En la capa de arcilla arenisca que se encontraba sobre el lignito se apreciaban varias formas fósiles.
Fue en agosto de 1861 cuando los mineros que trabajaban en un extremo del túnel vieron caer un objeto redondo desde la parte superior de la excavación.
El objeto, esférico, tenia unos seis centímetros de diámetro y pesaba unos 310 gramos.
Según Maximilien Melleville, vicepresidente de la Sociedad Académica de Laon y autor del informe, no hay duda sobre la autenticidad de la esfera.
En sus presupuestos, lógicamente, no había lugar para la posibilidad de que el hombre hubiera existido cuando se formaron los lignitos de la cuenca de Paris.
Si esta bola fue obra humana, la reticencia de Melleville estaría justificada, ya que supondría admitir que hace unos 50 millones de años una cultura inteligente habitó Francia.
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Mortero y pistilo. California, Estados Unidos.
En 1877, el ingeniero de minas J. H. Neale halló varias puntas de lanza que sobresalían de una roca muy oscura en Toulomme, California.
Al examinar mas detenidamente estas puntas encontró no muy lejos un pequeño mortero irregular de menos de diez centímetros de diámetro. A su lado descubrió un pistilo junto a otro mortero más simétrico. Neal afirma que es completamente imposible que estas reliquias hubieran alcanzado la posición en la que fueron encontradas en otro momento distinto al de la formación de los depósitos de grava, y antes de que se formara la capa de lava.
Además no se observaron huellas de perturbación alguna en la masa rocosa ni fisuras naturales que hubieran permitido la introducción de estos objetos a través de ellas.
La posición de estos utensilios encontrados en Table Mountain indican que tienen una edad de entre 33 y 35 millones de años.
Mortero y pistilo. California, Estados Unidos.
En 1877, el ingeniero de minas J. H. Neale halló varias puntas de lanza que sobresalían de una roca muy oscura en Toulomme, California.
Al examinar mas detenidamente estas puntas encontró no muy lejos un pequeño mortero irregular de menos de diez centímetros de diámetro. A su lado descubrió un pistilo junto a otro mortero más simétrico. Neal afirma que es completamente imposible que estas reliquias hubieran alcanzado la posición en la que fueron encontradas en otro momento distinto al de la formación de los depósitos de grava, y antes de que se formara la capa de lava.
Además no se observaron huellas de perturbación alguna en la masa rocosa ni fisuras naturales que hubieran permitido la introducción de estos objetos a través de ellas.
La posición de estos utensilios encontrados en Table Mountain indican que tienen una edad de entre 33 y 35 millones de años.
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8. Plioceno y Pleistoceno (Entre 7 millones y 400.000 años).
8. Plioceno y Pleistoceno (Entre 7 millones y 400.000 años).
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Figuras de arcilla. Idaho, Estados Unidos.
En 1889, una pequeña estatuilla de barro que representaba a un ser humano fue hallada en Nampa, Idaho.
La figura fue encontrada en un pozo minero a 100 metros de profundidad en una capa arcillosa sedimentada hace varios millones de años.
La estatuilla estaba hecha del mismo material que las bolas de arcilla mencionadas anteriormente. Medía algo menos de cuatro centímetros de altura y representa a una figura femenina tan perfecta como las mejores esculturas de la Grecia clásica.
Figuras de arcilla. Idaho, Estados Unidos.
En 1889, una pequeña estatuilla de barro que representaba a un ser humano fue hallada en Nampa, Idaho.
La figura fue encontrada en un pozo minero a 100 metros de profundidad en una capa arcillosa sedimentada hace varios millones de años.
La estatuilla estaba hecha del mismo material que las bolas de arcilla mencionadas anteriormente. Medía algo menos de cuatro centímetros de altura y representa a una figura femenina tan perfecta como las mejores esculturas de la Grecia clásica.
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9. Pleistoceno medio (Entre 400.000 y 200.000 años).
9. Pleistoceno medio (Entre 400.000 y 200.000 años).
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Cuasi-moneda. Illinois, Estado Unidos.
En 1871, William E. Dubois, del Instituto Smithsoniano, informó del hallazgo de varios objetos manufacturados localizados en niveles muy profundos en Illinois.
El primer objeto era una especie de moneda de cobre encontrada en Lawn Ridge, condado de Marhall, Illinois.
En una carta a la mencionada institución J. W. Moffit, operador de la perforadora, decía que descubrió la moneda a 40 metros de profundidad incrustada en depósitos arcillosos con una antigüedad de entre 400.00 y 200.000 años.
La presunta moneda tenia la forma poligonal y estaba grabada por ambas caras.
En opinión del investigador W.E. Dubois, la uniformidad del espesor de la moneda se debía a que probablemente fue confeccionada en un taller.
El contorno había sido cortado con una cizalla y los cortantes fueron posteriormente limados.
Esta moneda parece indicar que en América del Norte se desarrolló una civilización hace unos 200.000 años.
Cuasi-moneda. Illinois, Estado Unidos.
En 1871, William E. Dubois, del Instituto Smithsoniano, informó del hallazgo de varios objetos manufacturados localizados en niveles muy profundos en Illinois.
El primer objeto era una especie de moneda de cobre encontrada en Lawn Ridge, condado de Marhall, Illinois.
En una carta a la mencionada institución J. W. Moffit, operador de la perforadora, decía que descubrió la moneda a 40 metros de profundidad incrustada en depósitos arcillosos con una antigüedad de entre 400.00 y 200.000 años.
La presunta moneda tenia la forma poligonal y estaba grabada por ambas caras.
En opinión del investigador W.E. Dubois, la uniformidad del espesor de la moneda se debía a que probablemente fue confeccionada en un taller.
El contorno había sido cortado con una cizalla y los cortantes fueron posteriormente limados.
Esta moneda parece indicar que en América del Norte se desarrolló una civilización hace unos 200.000 años.