Este es un relato de ficción. Todo lo que aquí se menciona o postula no es real. No existen los zetarreticulianos, ni esa estrella en la Constelación de Orión, ni mi sitio en Internet, ni la Biblia, ni Darwin, ni el Museo de Ciencias Naturales de South Kensington, ni siquiera Londres, ni, mucho menos, Inglaterra.
Esta recomendación previene situaciones tales como las acontecidas a muchos otros escritores que han fusionado la realidad con la ficción, y luego se han visto sometidos a profundas y sesudas investigaciones de esa ficción desde un mundo supuestamente real.
Decía Jorge Luis Borges que nunca hay que referirse a lugares que aún existen. Si se ambienta una situación en un escenario que nunca existió o que ya ha desaparecido, puede decirse de él lo que uno desee, ya que nadie podrá contrastar sus descripciones con el escenario real.
Por otra parte, ¿quién puede marcar definidamente un límite entre la realidad y la ficción? El propio Borges creó la suya tan cuidadosamente que pudo luego irse a vivir en ella, dejando al resto de la Humanidad en el mundo real.
Este relato está instalado en tiempo y espacio en esa zona borrosa, indefinida en sus tres, cuatro o más dimensiones, que se genera entre realidad y ficción. Una historia que pudo o no sucederme, buscando explicaciones a los orígenes y la evolución de seres como usted y como yo.
Prevenido debidamente, y sabiendo el lector desde ya que no agregará ningún elemento preciso fundamental a su conocimiento de las ciencias sociales ni naturales, si aún está deseoso de compartir la búsqueda más importante de mi vida, sea bienvenido.
Daniel Aníbal Galatro
danielgalatro@gmail.com
Esquel – Chubut – Argentina
Esquel – Chubut – Argentina
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