De pronto, un cuerpo humano comienza a incendiarse sin que parezca existir una causa que explique el fenómeno. Y creo que debo resaltar el "sin que parezca existir" porque revela no una circunstancia científica novedosa sino la incapacidad de los investigadores en encontrarla.
En esta breve nota intentaré analizar al menos superficialmente la opinión de Larry Arnold, autor de Ablaze! The Mysterious Fires of Spontaneous Human Combustion y el mayor experto mundial en gente que explota.
Según él, no se trata de una causa única sino de un conjunto de circunstancias independientes o asociadas que provocarían ese evento en cada caso particular. Pero sus explicaciones están lejos de ser aceptada por la ciencia oficial.
Una de sus explicaciones favoritas es la Teoría del Pirotrón Subatómico, que está basada en la física cuántica. En esta teoría plantea que "hay una partícula extremadamente pequeña pero muy poderosa—como un neutrino que se mueve rápidamente a través de los espacios que hay entre los quarks que componen los átomos, que a su vez componen las moléculas del cuerpo humano. Cabe la posibilidad, remota pero real, de que una partícula solitaria choque directamente con un quark y esto ponga en marcha una reacción en cadena interna. He llamado a este suceso, que podría ser la causa de la combustión espontánea, el Efecto Hiroshima Interno”. Este párrafo lo he tomado "literalmente" de su libro.
Pero Arnold analiza otras posibilidades. Una de ellas está relacionada con e "kundalini", energía que fluye arriba y abajo en la columna vertebral de todos los humanos. Aunque el kundalini es bien conocido por los médicos y los metafísicos orientales, no lo es tanto en el mundo occidental. El kundalini es una poderosa bioenergía que, entre otros fenómenos psicoquinéticos, puede producir una alta temperatura interna cuando se desequilibra. Pero confiesa que no está del todo seguro acerca de qué provoca que el kundalini se desequilibre, y lo atribuye a factores como el estado de consciencia y la angustia emocional.
La tercera teoría que propone la llama "Cartografía de la Combustión". Dice que la mayoría de los casos que ha estudiado en Gran Bretaña pueden conectarse en un plano o mapa mediante líneas rectas que supone que siguen líneas de energías que fluyen alrededor del planeta, energías geofísicas desconocidas e indefinidas hasta el momento, bajo ciertas circunstancias, pueden causar la combustión espontánea de objetos, edificios y personas.
Los estudios de Arnold, desconsiderados por los científicos que hemos denominado "oficiales", no dejan de ser interesantes. Las combustiones humanas espontáneas, si las hay verdaderamente, son muy poco frecuentes. Merecen ser estudiadas porque, aunque cada caso no encuentra explicaciones que lo vinculen con el resto, siempre nos permiten conocer situaciones en las que se producen ciertos fenómenos físicos y/o químicos que a veces no teníamos demasiado claros.
Prof. Daniel Aníbal Galatro
23 de Enero de 2013
Esquel - Chubut - Argentina
danielgalatro@gmail.com
Fuente: http://www.vice.com/es/read/the-learning-corner-705-v5n2
Imagen: cazamitos.com
