Jesús curaba enfermedades y patologías. Se refieren en conjunto al demonio, porque todos los desórdenes que afligen a la humanidad son reducibles al pecado, del que el demonio es instigador. Entre los milagros de Jesús hay liberaciones de posesiones diabólicas, en el sentido preciso.
Vemos en particular en San Lucas que Jesús manda a los demonios que le reconocen como el Mesías.
El demonio es mucho más peligroso como tentador que a través de signos extraordinarios o manifestaciones exteriores asombrosas, porque el mal más grave es el pecado. No por casualidad en la oración del Señor pedimos: No nos dejes caer en la tentación. Contra el pecado el cristiano puede luchar victoriosamente con la oración, la prudencia, en la humildad conociendo la fragilidad de la libertad humana, con el recurso a los sacramentos, ante todo la Reconciliación y la Eucaristía. Debe también pedir al Espíritu Santo el don de discernimiento, sabiendo que los dones del Espíritu Santo se reciben con la gracia del Bautismo.
De un mensaje de
Cardenal Georges Cottier, O.P. Pro-teólogo de la Casa Pontificia
[Traducción del original italiano realizada por Zenit]
http://www.iesvs.org/
Estamos rodeados de misterios. Aquí buscamos investigar y aclarar algunos de ellos.
Lo mejor!!!
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